Ésta cartera la han visto ya infinidad de veces, lo que no les he dicho es que en realidad es uno de esos bolsos para cargar la Biblia y lo compré en un puesto de artículos religiosos en la calle. Simplemente le adapté una cadena y voilá.
Sólo que ese día corriendo con Inca la cadena se desprendió dejando una marca, y aunque todavía puedo seguir usándolo me parece poco práctico. Sin embargo tengo que decir que prestó un buen servicio considerando el precio que pagué por él y el tiempo que duró.
Las fotos las tomamos en el MASP, un museo icónico de la ciudad que tiene una área siempre abierta al público. Sin planearlo el color del blazer terminó coincidiendo con las paredes del museo.
Como ya es costumbre les muestro un poco del street art que voy encontrando en nuestros paseos.
Besos, Grise.