Nunca me ha gustado cómo me veo en fotos. Conocí a mi esposo online y me tomó meses enviarle la primera foto sólo para evitar tener que ponerme frente a la cámara. Sin embargo, cuando un extraño en México me pidió una foto acepté en seguida. Era un estudiante haciendo su tarea, y como en ese entonces solía tomarle fotos a la gente en la calle —curiosamente me apasiona estar detrás de una cámara— sabía lo difícil que es convencer a alguien para dejarse fotografiar. Pero cuando intentó mostrarme cómo habían quedado las fotos me rehusé a verlas. “¿No te gustas? ¿Por Qué?” Preguntó.
“Tienes que quererte a ti misma” me dijo un fotógrafo antes de que saliera de su estudio en otra ocasión.
Sí me gusto —y amo— a mi misma, que quede claro. Sólo que nunca me he gustado en fotos. Además, posar siempre ha sido algo incómodo para mi. Simplemente no me puedo relajar, nunca sé hacia dónde mirar ni qué hacer.
Por supuesto, tomar fotos para el blog delante de extraños no es menos incómodo, y no porque le tema a la eventual opinión de gente que no conozco, sino porque soy tímida, cosa que al parecer no tiene sentido viniendo de Venezuela, pero ese es otro tema.
Aunada a mi timidez, con los blogs pareciéndose cada vez más a publicaciones de moda tradicionales, está la presión de lucir perfecta en cada foto. Pero con mis nulas habilidades para posar, un esposo que sabe de fotografía lo que yo de termofísica y una cámara que no ayuda, lucir “perfecta” está muy lejos de mi realidad ¡y eso está bien!
Quiero verme tal cual soy en vez de actuar como súper modelo o la próxima it-girl y aunque aún no supero del todo mi incomodidad frente a la cámara, sin duda voy mejorando. Intento no pensarlo demasiado y simplemente soy yo misma. A veces resulta más fácil decirlo que hacerlo, pero he descubierto que es realmente, el único camino posible.
Te entiendo perfectamente, cada una de tus palabras podría estar definiendo mi día frente a una cámara.
Me parece un blog realizado con mucho gusto y esmero, te seguiré de cerca.
R.
Author
¡Pero qué linda Rut! Gracias por tus palabras. ¡Besos!