No soy de usar camisetas básicas: adoro las que tienen prints, y como habrán notado estoy obsesionada con esta. Saben que amo repetir mi ropa, así que seguramente la verán de nuevo por aquí pronto.
Para ser honesta mi único cartoon icon (además de Minnie Mouse) es Barbie. Pese a que siempre fue demasiado perfecta para siquiera identificarme con ella, una historia en particular se quedó grabada en mi memoria para siempre: un little black dress y un maletín repleto de accessorios en el baúl de su convertible rosa glam fueron suficientes para transformar su atuendo a lo largo del día: desde su casting de baile matutino, a clases de piano y cita con Ken por la noche. Quedé fascinada con la creatividad de Barbie y quería robar su increíble sentido del estilo.
Con el tiempo creces y aprendes que solo puedes ser tú, pero hasta el día de hoy prefiero la versatilidad de pocas piezas que sé que me funcionan, en vez de muchísimas que no tienen nada que ver conmigo. En este mundo del fashion blogging, vestir a la última es una forma de mantenerse relevante, pero no pretendo ser una blogger aspiracional: mi intención no es decirles que “necesitan” y/o “deben” comprar. Mi blog no es un haul interminable, y sí una bitácora de cómo resuelvo mis looks diarios con lo que tengo en el clóset.
GET THE LOOK:
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