Jeremy Scott: intencionalmente tacky

JEREMY-SCOTT-READY-TO-WEAR-FALL-WINTER-2016

Con el nombre de Cowboys and Poodles, Jeremy Scott bautizó la colección Ready to Wear Fall/Winter 2016 de su marca homónima que incluyó un abrigo tipo árbol de navidad, prints espaciales y Holstein, y un par de botas cowboy de Ren & Stimpy en colores pastel, entre otras referencias a la cultura pop, al rockabilly y a su aparentemente fuente inagotable de inspiración: la Barbie Hollywood.

Moschino-Ren-&-Stimpy-boots

Estoy totalmente a favor de la moda divertida y colorida, y aunque su debut en Moschino me resultó algo incómodo, hubo un punto en el que pensé que estabamos frente a una genialidad warholiana  disruptiva (más aquí). Pero eso fue antes de los trajes de Barbie y los vestidos de etiqueta de oferta…

Temporada tras temporada, Scott junta algo de cada década y algunos de nuestros íconos de la infancia —me refiero a Barbie y los Loonies, pues Ren y Stimpy son ya bastante malos por sí solos y claramente no están dirigidos a niños— y crea atuendos deliberadamente trashy capaces de generar el buzz suficiente para vender capas de celular a precios inflados.

Y esta repetición comienza a sentirse mas predecible que transgresora. Aquí no vemos los cinturones oversize de Moschino, pero tampoco ninguna diferencia notable entre lo que debería ser el ADN de su marca y su trabajo en la maison.

JEREMY-SCOTT-FALL-WINTER-2016

Si asumimos la moda como un arte, los términos “feo” o “bonito” están fuera de cuestión. Pero a diferencia de una pintura que colgamos en la pared, la ropa está hecha para ser usada. El propio Scott, aka “el diseñador del pueblo”, ha dicho que el mayor logro para un diseñador es que la gente de hecho use sus ropas, y aparte de su troupe de celebridades y de Chiara que siempre encuentra la manera de llevarlas, me pregunto cuántas estarán dispuestas a ir vestidas como jabón detergente de pies a cabeza.

Algunos tops de esta colección son usables —preferiblemente con bottoms más discretos— pero últimadamente, el espíritu de la misma es demasiado pretty-womanesque para una época donde el minimalismo es el nuevo cool y todo el mundo quiere a ser —al menos un poco— como Caroline de Maigret.

Fotos: Jeremy Scott y AP.

 

 

 

 

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